miércoles, 7 de diciembre de 2016

Un Mundo Virtual

Estaba pensado en el mundo virtual que nos invade. El mismo que ahora me permite estar escribiendo aquí y que pueda ser leído en otras partes, más cercanas o más lejanas, cuando de otra manera no pudiera ser posible.

Cuántas personas se empiezan a conocer a través de una pantalla, casualmente, porque uno vio una foto de perfil y le resultó interesante y, entonces, toma coraje y como diciendo "hola" envía la solicitud expectante a que fuera aceptada. Y cuando lo es, casi triunfante, entablan una conversación. Al principio con respuestas cortas, más bien cortantes. Al punto de responder por no parecer alguien desagradable e histérico. Las preguntas típicas con sus típicas respuestas van de a poco surtiendo efecto. Y así lo que al principio era monosilábico se torna una cadena de oraciones que dan el pie a repreguntas y puntos de vistas, experiencias, etc.

El tiempo pasa, y la rutina de pasar horas frente a una pantalla que separa y a la vez une vidas se hace día a día más estable. Se espera la conexión, un comentario en cada tonta publicación, un "me gusta", retweet y todo tipo de emoticon que se manifieste para saber que está del otro lado mirándonos sin hacerlo, leyéndonos, riendo con nosotros. Porque esa es la manera que tenemos hoy de comunicarnos. Cercanos en línea y lejanos físicamente. Conocemos mucho del otro y no sabemos cómo son. ¿No es eso una real contradicción?.

Con todo, no podemos estar al margen. No, aunque quisiéramos. La realidad está globalizada y nadie podrá volver atrás.

Todos somos rehenes involuntarios y nos gusta estar on line. Expresamos cada sentimiento a flor de piel y lo exponemos en los caracteres que nos permite cada red social. Algunos más y otros no tanto como quienes se conectan y son observadores privilegiados sin esbozar palabra alguna. Los que juegan a diestra y siniestra. Los que llenan muros y publicaciones con 'selfies' y notas al pie, con mensajes poco ocultos e indirectas con nombre y apellido. También los que aman compartir cosas chistosas, los defensores y amantes de animales. Tampoco falta el que descarga su ira y descontento con la vida con todas las peores expresiones, el que es positivo a más no poder, los más religiosos compartiendo imágenes de jesús y frases de ese estilo. Los enamorados que se dedican canciones. La moda de etiquetar fotos propias a contactos y 'amigos'. Quienes publican esperando una 'firma' o 'devolvé' (creo que así se hablan), las que suben fotos diciendo estar feas, los que hacen catarsis de sus presentes poco felices, los que escriben estar felices por llegar a una meta o estar cerca de hacerlo; los que hacen viajes y muestran los paisajes a los que acudieron; los que publican temas de sus bandas favoritas; los que utilizan las redes para promocionar sus proyectos y expresan sus convicciones políticas y estamos aquellos que hacemos un poquito de todo eso y lo volcamos en un blog porque resulta más "cool" (?).

No sé cuán cierto es todo lo que escribí o cuán lejano sea de la realidad, pero una cosa sí es cierta en este momento escribo a través de un teclado y alguien más es mi rehén involuntario cuando de curioso lee lo que 'escribo'.


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