Todo ello resonó en mi cabeza, como ya lo había hecho un profesor cuando dijo algo así como que la "felicidad le dio paso a la utilidad", dejando de lado lo que hacemos porque nos gusta y nos hace felices para hacer lo que resulta útil económicamente pero no nos realiza en forma plena. Y ello como consecuencia de una sociedad donde lo que importa es lo que tenés y cuanto más mejor, donde pensamos como individuos egoístas y la competencia es lo que motiva la capacitación para no quedar fuera del mercado. Pero realmente todo eso que hacemos, que decimos nos gusta, es así?.
Y cuando la respuesta es negativa y hacemos una reflexión, nos damos cuenta que perdimos años distraídos en otras cosas que decían y parecían ser la mejor opción y aunque de hecho lo sean, no nos hace completamente felices. Entonces qué hacemos, nos resignamos y continuamos ese modo de vida sin hacer caso a esa especie de "revelación" o, por el contrario, a partir de ella la sumamos a esta vida tibia y monótona para que empiece a entrar un rayo de luz que ilumine la oscuridad diaria.
En lo personal opto por la segunda alternativa, sin atribuirme ninguna especie de don o talento, sino haciendo lo que más placer me genera en la vida que es escribir, incluso lo más tonto, lo propio y lo ajeno, el verso o la rima. Todo lo que se pueda escribir y contar hace que, por el tiempo que me lleve hacerlo, olvidarme de todo, de mi alrededor, de si tuve un buen o mal día. Me hace FELIZ.
Claro que me encantaría que la gente le guste lo que escribo, que se sienta identificada o que simplemente me lea, aunque sea una única vez. Pero aunque nada de ello suceda, igualmente escribir seguirá siendo lo que me motive a seguir haciéndolo, como en esta oportunidad para contar esta experiencia que puede resultar para muchos imposible de realizarse, porque el destino los llevó en dirección contraria a la felicidad sin saber o sin querer hacer que ese destino que lo construimos con nuestras decisiones y acciones pero también con lo que decidimos no hacer por miedo al fracaso o inseguridad o porque no es rentable puede cambiar para bien y empezar una nueva vida. En definitiva de nosotros depende que ello suceda. No dejemos pasar el tiempo. Escribamos nuestro destino.
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