domingo, 29 de enero de 2017

Porque te quiero, te peleo

incluso si te quiero siento que no siempre estoy bien
que si digo algo en serio no lo tomes como es;
que si me enojo por momentos, al rato se me pasó
pero mientras tanto la discusión ya se armó.

Y ninguno de los dos da el brazo a torcer,
el orgullo y el capricho nos sale muy bien.
Y después se complica la comunicación:
cuando quise decirte algo, una puerta se cerró.

Y eso aumentó mis nervios y el enojo se avivó
cuando estaba a punto de pedir EL perdón
una nueva excusa se coló.

Y los días pasaron y el silencio nos adueñó
el sonido de una mosca sólo se escuchó.
Ni miradas cruzamos por temor a ceder;
sabía de mi error y tú del tuyo, yo lo sé.

Por eso entre conversaciones cortantes
quisimos hablar por fin:
la verdad ya no recuerdo qué nos trajo hasta aquí
pero de algo estoy segura que aunque peleemos seguido
las nuestras son peleas tontas que me hacen reír.

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